Dolor crónico: reduce la percepción del dolor al modular las vías cerebrales involucradas.
Migrañas: disminuye la frecuencia e intensidad de los episodios.
Epilepsia resistente: ayuda a estabilizar la actividad eléctrica cerebral.
Rehabilitación post-ictus (derrame cerebral): estimula áreas afectadas para recuperar funciones motoras y del habla.
Esclerosis múltiple: mejora fatiga, coordinación y ánimo.